miércoles, 2 de noviembre de 2016

ERRORES MÁS FRECUENTES QUE COMETEN LOS EMPRENDEDORES

Todo emprendedor debe evitar unos cuantos pecados capitales. Ahí van algunos:

  1. No ser constante
Emprender es como escalar una montaña, no lo puedes hacer todo de golpe. Al igual que tu cuerpo necesita su dosis de vitaminas diarias y no vale atracarse un día de fruta para toda la semana, hay que reservarse un cierto tiempo diario/semanal para trabajar en tu proyecto. De lo contrario, tiene fecha de caducidad.

  1. Tirar adelante más de un proyecto grande al mismo tiempo
Solo algunos pocos afortunados tienen el don de poder hacer varias cosas bien a la vez. El llamado multitasking está muy bien a nivel terrenal, para ir respondiendo mails, rellenar formularios o cumplimentar actas, pero no funciona igual de bien cuando se trata de algo de cierta envergadura. Mejor uno y bien que varios y regular. Ya se sabe, quien mucho abarca, poco aprieta. O, dicho de otra manera, más vale pájaro en mano que cien volando.

  1. Querer empezar muy grande
Al entrar en cualquier mercado, el emprendedor está tomando un riesgo considerable, puesto que el cliente no sabe aún de su existencia. Hasta aquí todo correcto, emprender es arriesgar. Sin embargo, estirar más el brazo que la manga y hipotecarse con unos costes fijos altos con el propósito de llegar a más público no suele ser una buena idea. Es aconsejable empezar con el proyecto controlado e irlo escalando progresivamente, de modo que el crecimiento sea sostenido.

  1. Pensar que el business plan es la Biblia
Hacer un buen plan de empresa es importante, creérselo es básico y morir con él es la ruina. Es una guía, no un dogma. Utilízalo para seguir tu estrategia y, sobretodo, para tomar decisiones. Él se debe adaptar a ti, no tu a él. Al escribirlo, recuerda que no hace falta que sea muy extenso. De hecho, si tiene más de 30 páginas probablemente te estés repitiendo.

  1. No querer modificar la idea inicial
De la misma forma que el plan de empresa no es un documento inamovible, tampoco la idea debe serlo. Hay emprendedores que se muestran inflexibles a la hora de adaptar el concepto que tenían en mente al principio. Error. Si no hay predisposición al cambio, la idea es solo eso, una idea, algo interno. El mercado es quien decide, no tú, así que ve siempre de la mano de la flexibilidad.

  1. Poner por escrito los compromisos
Es imprescindible, al poner la idea en marcha, que cada miembro del equipo se comprometa -lo ideal es por escrito- con lo que está dispuesto a aportar al proyecto: tiempo, recursos y, en definitiva, qué sacrificios está dispuesto a hacer. Luego, si hay disputas, el papel puede ayudar a resolverlas.

  1. No hacer un test de mercado ni un producto mínimo viable (MVP)
Siempre se debe probar la idea antes de llevarla a cabo totalmente y enfangarse del todo. De lo contrario se está empezando con mal pie, sin el feedback del mercado que te debe llevar a evitar los errores 4 y 5. Un proyecto empresarial no puede dar la espalda al que permitirá su subsistencia, el mercado, y más que nunca en el momento inicial. Aprende del test de mercado y del MVP para mejorar lo que vas a ofrecer.

  1. Pensar que solo por abrir la persiana entrarán clientes
Porque estés físicamente en la calle no significa que vas a atraer clientes automáticamente, y aún en el caso de que entren, falta el paso más importante, que es que compren. Hay que tener una buena estrategia de marketing, tanto online como offline -ambas son complementarias-, con su correspondiente presupuesto. No dejes tu suerte al azar, organízate para tener el máximo control posible.

  1. Basar toda su diferenciación en la atención personalizada
Hay muchos emprendedores, sobretodo en servicios, que están convencidos que pueden distinguirse únicamente con el trato personalizado al cliente. Si bien es un factor importante, solo es uno y hay muchos otros que se deben trabajar igualmente para que el mercado te prefiera a la competencia: propuesta de valor (productos o servicios), diseño del local o de la página web, canales de comunicación, eficiencia en costes o servicio postvenda, entre otros.

  1. No tener preparado un discurso comercial
Es vital tener memorizado un elevator pitch de tu negocio y irlo adaptando al receptor (posibles clientes, proveedores, aliados comerciales, prescriptores, etc.) según su lo que quieren oír. En los 20 primeros segundos te etiquetarán en su cerebro, así que deja claro a qué te dedicas y qué ofreces.

45 FRASES DE MOTIVACIÓN EMPRENDER

El emprendimiento y sus valores no sólo son abanderados y puestos en práctica por personas que constituyen un negocio, sino también por mu...