miércoles, 5 de septiembre de 2018

EL MODELO THOMAS-KILMANN DE RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS

¿Qué es un conflicto?

Un conflicto es una situación en la que dos o más partes están de desacuerdo, debido a que tienen objetivos distintos.

Una persona emprendedora debe aprender a lidiar constantemente con conflictos con múltiples actores: equipo de trabajo, clientes, proveedores, consultores, competidores, etc. Sin embargo, aunque sean parte de su día a día, se vuelven perjudiciales si no se tratan.

¿Cómo solucionarlos?


Según el Modelo Thomas-Kilmann, y de acuerdo con las variables de grado de asertividad y de colaboración con la otra parte, tenemos 5 maneras distintas para comportarse delante de un conflicto y resolverlo:

1. EVITAR (TORTUGA). Estilo evasivo.
  • Nos escondemos, ignoramos el conflicto, esperamos a que pase
  • El peligro de la confrontación supera con creces los posibles beneficios de la solución del conflicto
  • Se suele dar cuando hay poca relación con la otra parte y el objetivo es poco importante
  • Es un estilo adecuado cuando se usa para reducir tensiones, ganar tiempo o cuando otras partes pueden resolver mejor el conflicto

2. ACOMODARSE/COMPLACER (OSITO DE PELUCHE). Estilo complaciente.
  • Nos dejamos influenciar fácilmente y aceptamos las condiciones de la otra parte
  • Suele ocurrir cuando la relación con la otra parte es intensa y el objetivo es poco importante para nosotros
  • Es un estilo recomendado cuando el asunto es más importante para la otra parte y esto mantiene la cooperación, o cuando facilita la consecución de futuros acuerdos en otros asuntos más importantes

3. CONVENIR/TRANSIGIR (HORMIGA/ZORRO). Estilo comprometido
  • Las dos partes ceden y se llega a un acuerdo intermedio
  • Es habitual en los casos en que tanto el objetivo como la relación no son ni vitales ni pequeñeces.
  • Se recomienda cuando hay equilibrio de poder, hay que negociar bajo presión de tiempo y para lograr arreglos temporales en cuestiones complejas.

4. COMPETIR/OBLIGAR (TIBURÓN). Estilo competitivo.

  • Imponemos a la otra parte a hacer lo que queremos, a toda costa. Lo que cuenta es salirse uno con la suya
  • Es frecuente cuando el objetivo es muy importante y no existe demasiada relación con la otra parte
  • Es conveniente cuando hay que tomar decisiones rápidas, en situaciones urgentes y para hacer cumplir las reglas.

5. COLABORAR (BÚHO). Estilo colaborador.
  • Buscamos el consenso, un acuerdo positivo para ambas partes
  • Tiene grandes posibilidades de darse cuando la relación con la otra parte es fuerte y el objetivo a alcanzar es muy importante
  • Es el estilo idóneo para combinar puntos de vista complementarios, para garantizar acuerdos duraderos y para aumentar el sentimiento de pertenencia, motivación y compromiso

En la práctica, las personas solemos utilizar predominantemente uno o dos estilos. Si bien el estilo colaborador, cuando es posible, suele dar los mejores resultados a largo plazo, no hay ninguno bueno o malo per se: lo que importa es que se adapten a la situación concreta. Cada  uno tiene sus ventajas e inconvenientes, y un buen negociador debe tener la habilidad de manejarlos todos con naturalidad para solucionar los conflictos y conseguir sus objetivos personales y profesionales.

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