¿Has oído a hablar alguna vez de la teoría de los 6 grados de separación?
La importancia del networking es incuestionable. Por muy bueno que seas y por mucho que sepas, necesitas de otros agentes y personas para tirar adelante proyectos. Desbloquear una negociación, acceder a un descuento, contactar con un proveedor internacional o agilizar una reclamación son algunos de los muchos ejemplos. Como decía un profesor mío de la universidad,
“A veces, lo importante no es saber las cosas, sino tener el teléfono de quien las sabe”
La teoría de los 6 grados de separación sostiene que cualquier persona en la tierra puede conectarse con cualquier otra a través de 5 conocidos o intermediarios. Así pues, entre la persona inicial y la persona final existen 6 grados de separación
¿En qué se basa esta teoría?
En la exponencialidad del número de personas conocidas (contactos) por cada invididuo que cada cada grado subsiguiente genera. Si yo tengo 100 contactos, y cada uno de ellos tiene 100 contactos más (que no coincidan), entonces ya me puedo conectar con 10.000 contactos en este segundo. Y así, siguiendo esta progresión geométrica, con el 5º contacto ya tendré acceso a 1.000.000.000.000 en un sexto nivel, una cifra muy superior al número de habitantes del planeta.
Esta teoría apareció por primera vez en el cuento Chains del escritor húngaro Frigyes Karinthy en 1930, fue utilizada como concepto en 1990 por el poeta John Guare y posteriormente es descrita en el libro Six Degrees: The Science of a Connected Age de Duncan Watts, profesor de sociología de la Universidad de Columbia, en 2003, sosteniendo que todas las personas estamos conectadas de alguna manera y que las nuevas tecnologías y la digitalización pueden acortar estos grados de separación en los próximos años.
¿Qué conclusiones podemos extraer?
La teoría de los 6 grados de separación está basada en una media estadística abstracta, sin tener en cuenta el número de personas realmente conocidas por cada individuo y, lo que es más importante, su relación concreta.
Nos tomemos al pie de la letra o no los 6 grados, lo importante es quedarnos con el poder del networking que nos muestra: el tener la capacidad de contactar con personas y agentes que no conocemos directamente.
¿Qué es lo primordial?
Tejer una red de contactos sólida, duradera y basada en la confianza. De nada sirve tener 1.000 contactos en LinkedIn si apenas tienes relación con ellos. Y más importante que el número es su calidad, que depende también, en gran parte, de nosotros mismos. No podemos esperar tener los mejores contactos siendo mediocres. Según un dicho popular, somos el promedio de las 5 personas con las cuales más nos relacionamos. Si tenemos contactos poco valiosos para nuestros intereses personales y profesionales,
Por otra parte, Internet y la digitalización, con las redes sociales como principal estandarte, nos permiten poner en práctica esta teoría y nos facilitan y acercan el contacto con personas de difícil acceso.
¿Qué es lo siguiente?
Una vez existe el contacto, es cuestión de aprovecharlo. Pero éste ya es otro capítulo.
